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ARTÍCULO DEL PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN DE AUTÓNOMOS DE GALICIA, FEAGA.

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 EL NUEVO RESCATE DE LOS AUTÓNOMOS

En los últimos años, la palabra “rescate” se ha puesto de moda en el lenguaje económico. No dejamos de oír hablar de “rescate” de entidades financieras e incluso de países enteros, que reciben inyecciones de dinero de un tercero (eufemismo para definir “nuestros bolsillos”) para poder hacer frente a sus compromisos más inmediatos y evitar así, la quiebra o la ruina más absoluta.

 

En España hemos visto como con dinero público, el Estado ha inyectado grandes sumas de dinero en entidades financieras quebradas, para evitar su desaparición. También vemos cada día como la Unión Europea acude en socorro de países miembros, como Irlanda, Portugal o Grecia, o más recientemente, el sistema de ayudas post-covid, para que aquellos que no pueden hacer frente a sus compromisos y soportan una deuda creciente puedan atender lo más inmediato.

 

Pero hay un colectivo del que unos y otros sólo se acuerdan a la hora de pagar impuestos, LOS AUTÓNOMOS. Si un Autónomo quiebra, a nadie le preocupa, nadie acude en su rescate. Lo único que tendrá sobre su cabeza serán los buitres carroñeros que le sobrevuelan a la espera de su muerte anunciada.

 

Los Autónomos son los paganos de la crisis, una y otra vez. Trabajar horas y horas sin descanso, encontrarse todo tipo de trabas administrativas en su actividad, para iniciarla y durante toda su vida, soportar una presión fiscal confiscatoria, dificultades extremas para acceder a financiación son el día a día de un colectivo que, en realidad, debería ser “mimado” por la Administración, porque es el que realmente paga los impuestos.

 

De la actividad de los Autónomos salen los impuestos que pagan los propios Autónomos y sus familias, así como los impuestos que pagan sus empleados y familias. Y gracias a todo ello, el Estado recauda el dinero con el que puede hacer frente al pago de los servicios que presta y los salarios del personal público, que de esta manera, también puede pagar sus impuestos. En definitiva, si no hay Autónomos, el sistema no se sostiene. Y sin embargo, los políticos solo se acuerdan de los Autónomos para aquello que les conviene, fundamentalmente en período electoral, para luego condenarnos al olvido.

 

En el actual escenario económico y laboral, con una situación de pandemia que ya va por su tercer trimestre, con una crisis económica cómo no se recuerda, los Autónomos somos de nuevo los grandes olvidados. Es cierto que se aprobó una prestación extraordinaria por cese de actividad, al que con dificultades pudo acceder cerca de la mitad del colectivo, pero solo duró tres meses, justo los del arresto domiciliario. A partir de ahí, las nuevas ayudas han sido un absoluto y anunciado fracaso. El 30 de septiembre termina ese calendario de ayudas. Hay sectores enteros, hosteleros, restauradores, comerciantes, taxistas, agentes comerciales, los feriantes y Autónomos de temporada, todo lo relativo al ocio y el turismo, los gimnasios, en fin, tantos y tantos Autónomos van a ver cómo, si el escenario no cambia, quedarán con una mano delante y la otra detrás, absolutamente dejados de la mano de Dios.

El verano no ha sido suficiente para recuperar la actividad de los miles de autónomos que ya se encontraban en junio en la cuerda floja. De hecho, a estas alturas, casi 300.000 no han podido subir la persiana todavía. Ahora, de cara al otoño, el colectivo teme volver a la situación anterior pero, con una diferencia: esta vez ya no habrá prestación de cese de actividad, que al menos atenuó el sufrimiento de una parte del colectivo durante el confinamiento. Conviene recordar cuántas veces hagan falta, que lo que ha caracterizado esta crisis es que, por primera vez, la actividad se paró casi en un 90% de golpe y por orden del Gobierno. Si el gobierno te prohíbe trabajar, el gobierno tiene que compensarte. No hay más.

Por ello, el gobierno no puede dejar abandonados a los Autónomos; es imprescindible que la prestación por cese de actividad se recupere, al menos en los niveles de los meses en que estuvo vigente el estado de alarma hasta mediados de 2.021, haciéndola compatible con la actividad, y siempre vigilantes para que, en el caso deseable de mejoría en la situación sanitaria, recuperar cuánto antes la normal actividad y la terminación de la ayuda, porque los Autónomos lo que queremos es trabajar en libertad y ganarnos la vida honradamente.

Desde el próximo 30 de septiembre, los pocos que pudieron acogerse al nuevo cese de actividad también quedarán sin prestación que les cubra. Tanto el Gobierno como algunas Comunidades Autónomas han impuesto restricciones severas para algunos sectores a raíz de los rebrotes y miles de autónomos que ya se encuentran en una situación extraordinaria podrían necesitar volver a acogerse a la prestación extraordinaria o, en su defecto, alguna otra medida que impida lo que parece inevitable, y es el cierre definitivo de cientos de miles de Autónomos a final de año.

Y no solo se trata de la prestación por cese de actividad, sino una moratoria fiscal imprescindible, hasta mediados del año próximo; no se puede pensar en subir impuestos, ni siquiera en mantenerlos, cuando sectores enteros están trabajando a mitad de aforo, con grandes limitaciones de horario o de movilidad, sin turistas, con muchos trabajadores teletrabajando, sin apenas salir de casa, con la Administración absolutamente paralizada.

Además de la moratoria fiscal en general, habría que reducir el IVA de productos y servicios que sufren las medidas restrictivas, el ocio, la hostelería, el ejercicio físico, etc., así como de otros productos que ahora son obligatorios, como las mascarillas. Reducir el IVA a cero, directamente y mientras dure la emergencia sanitaria. Cobrar el 21% de IVA en las mascarillas de uso obligatorio es un robo, directamente.

Estamos hablando de una situación económica de absoluta emergencia, igual que la sanitaria o peor, porque la sanitaria la solucionaremos más pronto que tarde, pero la económica durará años, sino lustros.

Los Autónomos no merecen ser abandonados por ningún gobierno, cuando somos precisamente nosotros quienes, con nuestro trabajo, esfuerzo y sacrificio, financiamos al gobierno. Es hora de resistir, pero también de exigir lo que es justo.

Estaremos vigilantes.

A Coruña, 4 de septiembre de 2.020.

Descripción: Descripción: Descripción: Descripción: Descripción: Descripción: Descripción: FEAGA-FIRMA

Francisco Javier Pérez Bello

PRESIDENTE

FEDERACIÓN DE AUTÓNOMOS DE GALICIA

Rúa) Costa da Unión (antes, Teniente General Gómez Zamalloa), 3, 1 º D.

15005-A CORUÑA

Tfno: 881 250 312

Móvil: 646.840.607

 

Mail: presidencia@feaga.org     Web: www.feaga.org

23/09/2020 ir arriba

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