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ESPAÑA EN LIQUIDACIÓN
Hace ya tiempo que España decidió desmantelar y enajenar su antaño floreciente industria para centrarse en una economía basada en los servicios, y sobre todo en uno, el Turismo, que representa el 12% del PIB de manera directa, pero en realidad es mucho más; por algo se dice que no hay lugar en el mundo donde se tire la caña con más gracia y salero. Ocurre luego que, cuando llega algo o alguien como Doña Covid y te cierra el chiringuito playero o urbanita, los lamentos resuenan hasta en las recién exploradas llanuras marcianas.
Hemos sabido hace unos días de la OPA de un fondo de inversión australiano para hacerse con una cuarta parte de las acciones de NATURGY. Poco a poco, nuestro tejido empresarial y productivo, se nos va yendo al garete. Un país fuerte necesita de grandes empresas, sobre todo en sectores estratégicos, que creen empleo de calidad y sobre las que se desarrolle una estructura productiva de pymes y Autónomos, que den servicio a esas grandes empresas, a las medianas que nacen al amparo de aquellas y, como no, a los consumidores, destinatarios finales de los productos y servicios de unos y otros..
España está en venta. Liquidación por fin del negocio. Como en el mercadillo de los jueves en la plaza del pueblo, se vende todo, barato, muy barato.
Estamos descapitalizando el país a pasos agigantados, lo estamos desmembrando, vendiéndolo a trozos en el sálvese quien pueda de una huida hacia delante que significa el empobrecimiento general al que nos conduce una clase política cada día más depauperada, más cercana al analfabetismo funcional, unas instituciones desprestigiadas, una Justicia a punto de perder el último aliento de independencia, convertida en pobre moneda de cambio de los chanchullos de la oligarquía de partidos que nos desgobierna, unos medios de comunicación cómplices y serviles a la subvención, víctimas de unas cuentas de resultados miserables y unas élites empresariales y financieras rendidas en su mayoría al Rinconete y Cortadillo de quien diariamente maneja el BOE desde Moncloa, que algo caerá. Lo próximo será, ya lo verán Ustedes, la rapiña de los fondos que puedan venir, si vienen, de la Unión Europea, para la mal llamada “reconstrucción”. Ya verán como, por arte de birlibirloque, nada por aquí, nada por allí, nada para los Autónomos, y todo para el ganador, como dice la canción. Todo huele a que los fondos están ya repartidos antes de saber siquiera si van a venir.
Las clases medias, Autónomos, pero no solo, también asalariados, pensionistas, antaño orgullo patrio, se han refugiado en sus casas dispuestas a protegerse del virus y a ahorrar, sin atreverse a asomar la cabeza, entre el miedo, la prohibición, la desolación y la delación.
Así, con una bajada superior al 12% del PIB, una deuda pública por encima del 115% de ese mismo PIB y un paro estructural de 4 millones de personas (el 16%), que en estos momentos son más de 6 reales, con el casi millón de personas que están en ERTE, más los cerca de medio millón de Autónomos que están percibiendo la prestación por cese de actividad y otro casi medio millón de personas inscritas en el SEPE, que en estos momentos están realizando acciones formativas, y por tanto, no cuentan como demandantes de empleo. En total, seis millones de españoles que, queriendo trabajar, no pueden hacerlo. Una tragedia, no por prevista, menos dolorosa. Caos, miseria, incertidumbre, inseguridad jurídica. Un panorama desolador.
Pero hay más. Mientras que en los 12 últimos meses se han perdido 748.400 empleos en el sector privado, en el público hay 125.800 más. Así, el indecente triunfalismo del Gobierno está basado en un despilfarro inaudito que cerró el año con 3.379.100 individuos con nómina a cargo del contribuyente. Y lo más curioso es que la mayoría de esos nuevos empleos, ni siquiera lo son de Funcionarios, sino que es personal de libre designación, es decir, Asesores y personal de confianza del político de turno. Una ruina consentida. Mientras, el sector productivo es cada vez más pequeño y sostener a un Estado que sólo sabe gastar, subvencionar y aniquilar la riqueza cada vez es más difícil.
España se desangra, en la política, en el economía, en lo social, en lo territorial y en lo institucional: la bomba laboral puede estallar en cualquier momento.
España está en liquidación.
Francisco Javier Pérez Bello.
PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN DE AUTÓNOMOS DE GALICIA.
Francisco Javier Pérez Bello
PRESIDENTE
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