La aspiración gallega de mantener a partir de 2014 gran parte de la inyección económica que lleva años recibiendo de Bruselas superó ayer un nuevo obstáculo. El comisario europeo de Política Regional, Johannes Hahn, y el responsable de Empleo, Lázló Andor, presentaron los nuevos reglamentos que guiarán la política de cohesión de la UE durante el próximo ejercicio económico y anunciaron que entre ellos se incluirá una nueva categoría de ayudas para regiones "en transición" que, aunque han dejado de ser prioritarias, todavía están lejos de igualar la renta europea.
En este nuevo grupo –pensado para territorios que se muevan entre el 75% y el 90% del PIB de la UE– encaja Galicia, que junto con Andalucía y Castilla-La Mancha, perderán la categoría de objetivo 1 a partir de 2014. Para estas regiones "en transición", la CE propone reservar en los próximos presupuestos un total de 38.900 millones de euros de los que a Galicia le corresponderían unos 3.500, es decir, dos terceras partes de los fondos que tiene asegurados de aquí a 2013. La UE financiará como máximo el 60% de los proyectos de las regiones en transición y el resto correrá a cargo de las propias regiones.
La propuesta recoge la demanda de la Xunta de un "aterrizaje suave" para aquellas zonas europeas que, como Galicia, dejarían de percibir de golpe un enorme caudal de dinero que durante años ayudó a financiar algunas de sus principales inversiones. Pero también comunidades como Murcia, que ya a día de hoy se beneficia de una especie de fase de transición, encajará en la nueva categoría. Eso sí, percibirá menos subvenciones por haber abandonado antes el objetivo convergencia. La única región española que no perderá ninguna ayuda es Extremadura, que no ha alcanzado todavía el 75% de la renta europea.
Tal y como se recoge en la propuesta, los fondos de cohesión tendrán tres posibles beneficiarios: las regiones menos desarrolladas (prioritarias desde el punto de vista de la convergencia ya que su PIB per cápita está por debajo del 75 % del europeo), las regiones en transición (con una renta entre el 75 % y el 90% de la media) y las más desarrolladas (con un PIB superior al 90%). Hahn explicó que dos tercios de los fondos de la política de cohesión (que absorberá 376.000 millones de euros, más de un tercio de todo el presupuesto europeo) se destinarán a la primera categoría, las regiones más desfavorecidas, mientras que el resto se repartirá entre las otras dos.
La Comisión Europea anunció su disposición a crear una categoría de regiones transitorias cuando presentó, a finales de junio, el presupuesto para 2014-2020, una propuesta que el Parlamento Europeo ratificó al mes siguiente. Pero su respaldo explícito ayer a la demanda de Galicia y otras regiones no garantiza aún que vaya a haber ayudas transitorias a partir de 2014.
Los criterios para repartir los presupuestos del periodo 2014-2020 tendrán que recibir el visto bueno del Parlamento y los gobiernos comunitarios, que empezarán a discutir ahora las propuestas del Ejecutivo europeo, una negociación que podría durar 18 meses. Pese a que el Gobierno español considera positiva la propuesta, los contribuyentes netos a las arcas de la UE, liderados por Reino Unido, Francia y Alemania, se resisten a acatar un aumento de los fondos destinados a las regiones más pobres.
Ante la amenaza de que Bruselas cortase de repente el grifo de las ayudas comunitarias a las regiones que dejan de ser objetivo convergencia, la Xunta lleva años trabajando en un plan B para tratar de garantizar que Galicia pudiese seguir recibiendo otro tipo de fondos. Con este objetivo, impulsó la creación de una nueva macrorregión ibérica en alianza con Castilla y León y el norte de Portugal en septiembre de 2010. Pese a ello, Galicia perderá fondos, ya que no alcanzará los 5.330 millones recibidos entre los años 2007 y 2013.
FUENTE FARO DE VIGO
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