La presión social llegó a la política; y desde los despachos de esta se trasladó a la banca. Y así, en los últimos meses el drama de los desahucios en España, que llegó a provocar incluso algún suicidio, fue amainando, y las protestas a su vez se fueron conteniendo. Sin embargo, los datos que acaba de presentar el Banco de España sobre ejecuciones hipotecarias y lanzamientos por parte de las entidades financieras revelan que, lejos de haber desaparecido, este problema sigue ahí. Latente. Según el supervisor, durante el 2013 los bancos españoles se quedaron casi 50.000 viviendas, entregadas por sus inquilinos después de que estos no pudieran seguir pagando la letra.
Conviene apuntar que en los datos revelados ayer, al contrario que otras estadísticas, no se incluyen trasteros o plazas de garaje, que contribuyen a inflar otras estadísticas. Es decir, se trata de números mucho más cercanos a la realidad.
Esos 49.694 casos en concreto suponen que cada 12 minutos, las entidades españolas se quedan con una vivienda de alguno de sus clientes, porque sencillamente ya no la pueden pagar. Es un problema para el ciudadano, claramente, y también para la banca, que está acumulando un stock de viviendas de compleja salida en el mercado, que además le penaliza en sus cuentas (tiene que hacer una dotación económica por cada inmueble).
Estos casos de entrega de vivienda registrados el curso pasado suponen un 11 % más que en el 2012. Y es chocante porque fue en el 2013 cuando una inmensa mayoría de entidades financieras -casi un centenar- se prestaron a leer más...
Fuente: La voz de Galicia
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