El comercio gallego afirma que reducir trabas a grandes áreas agrava su crisis

La reforma de la Lei de Comercio Interior de Galicia forzada por el Gobierno central ha sentado como un mazazo al pequeño comercio gallego, que veía en esa norma, aprobada en diciembre del pasado año, una herramienta para frenar la expansión de las grandes superficies -aquellas con más de 2.500 metros cuadrados de exposición-. "Nos cambia todas las expectativas, hunde la satisfacción que teníamos depositada en esa ley y contribuirá a empeorar aún más la situación del pequeño comercio, ya muy castigado por la crisis", sostiene el presidente de la Federación Gallega de Comercio, José María Seijas.

La ley nació con un gran consentimiento por parte de los comerciantes gallegos, pues entendían que, aunque tardíamente, se iba a restringir la apertura de nuevas grandes superficies, puesto que la Xunta exigía nuevos y más duros requisitos para obtener la licencia autonómica. Pero el Gobierno central consideró que el Ejecutivo gallego se excedía en sus competencias y lo forzó a introducir cambios que, entre otros aspectos, supondrán la reducción de las trabas para autorizar centros comerciales. Con las modificaciones, la exigencia de contar con una plaza de aparcamiento por cada 20 metros cuadrados de exposición queda supeditada a un reglamento específico posterior -que además deberá incorporar excepciones en su aplicación- y el impacto sobre la creación o destrucción de puestos de trabajo en la localidad donde se ubique la gran superficie, así como el número de empleos del centro comercial, ya no servirá como elemento de valoración a la hora de decidir si se concede o deniega la licencia.

"Esto nos cambia toda la perspectiva porque se eliminan una serie de puntos que al final dejan una libertad prácticamente absoluta para la instalación de grandes superficies. Y esa libertad casi total solo beneficia a los grandes centros", lamenta José María Seijas.

FUENTE LA OPINIÓN A CORUÑA

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