Principalmente porque aquí el pinchazo inmobiliario llegó con cierto retraso en comparación a la mayoría de territorios del país, los primeros síntomas de la grave crisis económica y su impacto en el mercado laboral aparecieron en Galicia un poco más tarde también. Hace justo tres años. Al cierre del tercer trimestre de 2008, la comunidad alcanzó su récord histórico de trabajadores y, evidentemente, una tasa de paro mínima. Dos realidades que se han dado totalmente la vuelta desde entonces, con la destrucción de más de 127.000 puestos, a ritmo de un centenar por día. Cifras de vértigo, que lejos de amainar se recrudecen con el nuevo parón de la actividad. En los últimos doce meses, ese volumen de empleos eliminados alcanza los 32.000 en la región, con una dureza sin precedentes entre los más jóvenes, que desempeñaban el 96% de esas ocupaciones perdidas, según los últimos datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística en la Encuesta de Población Activa (EPA). Hasta 30.400. Es decir, prácticamente todas.
Lejos de los más de 341.000 ocupados que tocó Galicia en 2008 entre los jóvenes de 25 a 34 años –aún bajo la burbuja del ladrillo, que se convirtió en un valor refugio para el colectivo por la facilidad para contratarse y ganar dinero rápido–, el nivel actual se sitúa en poco más de 269.000. Son casi 76.000 menos, un desplome del 22%, de los que 26.600 volaron en estos últimos doce meses. El recorte desde el comienzo de la crisis escala al 38% entre los que van de los 20 a los 24 años y que en estos momentos aportan solo 51.800 ocupados en la comunidad. 1.400 menos que hace un año. Entre los 16 y los 19 años, la caída roza el 50%, hasta los 8.900, con una pérdida acumulada este 2011 de 2.400 empleos.
Ante el semejante ajuste que está experimentando el mercado gallego, el número total de ocupados quedó en septiembre en los 1,087 millones. Frente a la nueva histórica cifra del desempleo, por encima de las 226.000 personas. En estos tres años de huracán económico la autonomía ha visto como una décima parte de su tejido laboral se desvanece.
Evidentemente, en todas estas franjas de edad, el peso de los que todavía se están formando es muy fuerte. Sobre todo en las horquillas más bajas, hasta los 24 años. Pero incluso así, al margen de los estudiantes que constan directamente como inactivos a efectos de las estadísticas oficiales, hay en estos momentos más de 108.000 jóvenes en Galicia entre los 16 y los 34 que quieren trabajar y no lo logran.
El número de parados coincidiendo precisamente con el fatídico tercer aniversario de la crisis en Galicia se duplicó. Son 226.500, según la EPA del tercer trimestre –244.142 a octubre, según el Ministerio de Trabajo–, con un incremento especialmente notable en estas edades. De hecho, los gallegos entre 25 y 34 años forman el bloque de desempleados más alto entre todos, con 78.400, un 132% más que en septiembre de 2008. La subida en el colectivo que va desde esa franja hasta los 44 se disparó en un 165%, aunque suponen en número absolutos un volumen menor, por debajo de los 59.000. Hay 40.000 personas apuntadas en las listas que tienen entre 45 y 54 años, un 89% más. 19.100 que superan los 55 años y que también acumulan un disparado aumento del 158%. Entre los 20 y los 24 años, los parados suman 22.900, tras un alza en todo este tiempo de casi el 25%.
FUENTE FARO DE VIGO
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