Una de las principales fuentes de recaudación de impuestos del Estado son los empleos. Tanto es así que el trabajador tan sólo llega a recibir el 48% de lo que una empresa tiene que desembolsar por él, el resto "desaparece" vía impuestos, a través del pago directo del IRPF y, especialmente, por lo que la compañía paga de Seguridad Social, un sistema que muchos economistas califican de insostenible.
Existe una norma no escrita que señala que el coste de un trabajador para una empresa es un 66% superior al coste mensual con las pagas extras incluidas. Por ejemplo, un empleado que tenga un salario bruto mensual de 1.750 euros, supone un coste mensual para la empresa de 2.900 euros. Leer más...
Fuente: El Economista.es
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