La economía española entra en una nueva fase en 2014. Por primera vez desde que existen series históricas, el endeudamiento del conjunto de las Administraciones Públicas rozará el 100% del producto interior bruto (PIB), algo más de un billón de euros. Lo relevante, sin embargo, no es sólo la cifra, sino que buena parte de esa deuda tiene que ver con medidas discrecionales del Gobierno para garantizar la liquidez del sistema económico, y, por lo tanto, financiar la recuperación. Hasta el punto de que si no fuera por esas decisiones, el nivel de deuda pública en 2014 sería equivalente al 90% del PIB. Es decir, casi diez puntos menos.
Los datos aparecen en el último informe enviado por el Tesoro Público a los inversores, en el que se precisa que 2013 habrá acabado con un endeudamiento del 94,2%, mientras que este año se alcanzará el 98,9%, en línea con lo previsto en el Programa de Estabilidad.
Este aumento de la liquidez se deriva fundamentalmente de la flexibilización de los objetivos de déficit por parte de Bruselas (se pasará del 6,8% al 5,8% del PIB en dos años). Y eso es lo que explica (junto al ajuste que está realizando el sector privado) que en la segunda mitad del año 2013 la economía haya iniciado la senda de la recuperación. O lo que es lo mismo, sin el giro de la política económica abriendo la mano a mayor gasto público, difícilmente España habría podido crear empleo neto ya en el último trimestre del ejercicio pasado.
Un dato lo refleja. Las medidas de apoyo a la liquidez aprobadas por el Gobierno en los dos últimos años han supuesto un desembolso de 102.633 millones de euros. Algo más de 91.000 millones se han distribuido entre las comunidades autónomas y el resto entre las corporaciones locales.
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Fuente: El Confidencial
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