Por fin un respiro. A precios récord (de entre el 5, 2 y el 5,5 %), sí, pero respiro al fin y al cabo. Tras dos desastrosas subastas, el Tesoro disfrutó ayer de una tregua. La que le proporcionó la robustez de la demanda que cosecharon sus emisiones de bonos a tres, cuatro y cinco años. Pretendía llegar a un máximo de 3.750 millones. Y lo logró. La deuda española sigue teniendo sus adeptos.
Mejor incluso le fueron las cosas a su homólogo galo. Con la que está cayendo en Europa, y su preciada triple A en el alero, consiguió abaratar el coste de los títulos a seis, diez y 15 años.
Con el buen sabor de boca que dejaron las pujas, el eco de la intervención concertada de los seis mayores bancos centrales del mundo todavía retumbando en los oídos, y la mano del BCE visible en las pantallas, la prima de riesgo española disfrutó por fin de un buen día. Y tanto, porque, de una tacada, los bonos españoles a diez años restaron casi 40 puntos a la brecha que los separa de los alemanes. Al cierre, a España se le exigía un sobreprecio de 355 puntos, frente a los 395 del miércoles. Echando la vista atrás, y no mucho, la mejora resulta mucho más espectacular. Si nos remontamos al 17 de noviembre, nos situaremos en el día en que España se asomó al abismo. Ese en el que el riesgo se quedó a un punto de la línea roja de los 500. Desde entonces ha bajado, nada más y nada menos, que 150 puntos.
¿Qué ha pasado?
¿Es que la crisis de deuda se ha esfumado por arte de magia? ¿O es que por fin los líderes europeos se han sacudido la incompetencia y han dado con la solución? Qué más quisiéramos. Dos son las principales razones que explican esta mejoría. Por un lado, lo que los expertos llaman «poca profundidad» del mercado español de deuda (del secundario, donde cambian de manos los títulos ya emitidos por los Estados). Esto es, que las diferencias entre el precio que ofrecen los que quieren comprar y lo que piden los que desean vender son tan elevadas, que apenas si se cruzan operaciones. Y cuando consiguen ponerse de acuerdo, las variaciones son muy pronunciadas.
Por otro, que los que han estado apostando contra la deuda española -los llamados bajistas- se están batiendo en retirada ante la expectativa de que el BCE asuma un papel más activo en la crisis.
Ayer, su presidente, Mario Draghi, envió un mensaje muy claro a quienes presionan a la institución para que se erija en el salvador del euro: «El BCE no puede subvencionar a los Gobiernos, su acción es limitada», subrayó en el Parlamento Europeo. Harina de otro costal será si los socios de la moneda única diseñan una verdadera unión fiscal en la cumbre del día 9. Entonces los remilgos ya no serán tantos y la institución dará un paso al frente Lo dejó entrever el propio Draghi ante el mismo auditorio. «Otros elementos [medidadas por parte del BCE] pueden venir después, pero la secuencia es importante. Lo más importante es alcanzar un pacto fiscal bueno», dijo el banquero.
355
Cierre de ayer
La prima de riesgo española bajó ayer 40 puntos.
499
Máximo histórico
Rozó el abismo de los 500 puntos el 17 de noviembre.
5,7 %
Bono a diez años
El interés a diez años bajó ayer por fin del 6 %.
Fuente la voz de Galicia
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