El secretario xeral de Emigración aboga por explorar "otras fórmulas" como el "voto directo" en embajadas y consulados, mantener el sufragio por correo y estudiar la implantación vía telemática
No dudó en desmarcarse de sus propios compañeros de filas en la reforma del voto emigrante. Lo hizo cuando PP y PSOE negociaban en Madrid restricciones al sufragio exterior y lo vuelve hacer ahora, a poco más de un mes de las elecciones generales del 20-N. Ocho meses después de la reforma electoral que prohíbe el voto de la diáspora en las municipales y una cita con las urnas de por medio, el secretario xeral de Emigración, Santiago Camba, defiende un nuevo cambio para evitar la caída de la participación electoral de los españoles en el exterior en la próxima cita con las urnas. Una de las propuestas de Camba pasa por explorar fórmulas alternativas al voto rogado, un sistema que hasta ahora solo se aplicaba en las municipales y que con la reforma electoral se extendió a generales y autonómicas. Es decir, los emigrantes que quieran votar el 20-N tendrán que solicitar las papeletas ya que la documentación electoral no les será enviada a su domicilio como hasta ahora, salvo que así lo demanden.
"El voto rogado es complejo y difícil y, por encima de todo supone un gasto importante", cuestionó el secretario xeral de Exteriores en una entrevista a Europa Press en la que emplazó a sus compañeros de partido a "explorar otras fórmulas" que garanticen que "todos" los emigrantes que lo deseen "puedan ejercer su derecho". Y sobre la mesa, Camba puso varias opciones: "el voto directo" en embajadas y consulados, que, según apuntó, podría "complementarse" con el voto por correo "donde no haya otra opción", así como el voto telemático.
Movilizar el electorado
Tal y como advertían desde la emigración, y así quedó de manifiesto en los comicios autonómicos del pasado 22-M -cita a la que no estaban convocados los gallegos en el exterior-, el voto rogado supone una caída en la participación al nivel registrado en las municipales, que se sitúa en torno al 5% frente al 30% de las autonómicas. Para evitar esta parálisis del sufragio exterior, la Secretaría Xeral de Emigración ha promovido una campaña a través de la web www.galiciaaberta.com en la que ha colgado información relativa al proceso del voto exterior donde explica cada paso que han de dar los casi 379.000 gallegos en el exterior llamados a la cita del 20-N para elegir al próximo inquilino de la Moncloa. Convencido de que en una democracia "consolidada" hay que fomentar la participación ciudadana en los comicios y de que la reforma electoral con la que se introdujo el voto rogado lo que hizo fue "restringirla", Camba aboga por el voto directo en embajadas y consulados, complementarlo con el voto por correo y estudiar la implantación del sufragio vía telemática.
La demanda desde el departamento autonómico de Emigración se produce apenas ocho meses después de la reforma electoral. Consciente de que una normativa "de este calado" no puede estar "cambiándose continuamente", Camba manifestó su deseo de que se puedan plantear opciones alternativas sin necesidad de modificar la ley. "Antes de hacer modificaciones -argumentó-, y sobre todo, de hacerlas con tanta premura, se deben estudiar".
La gestión del Gobierno central y del bipartito en el exterior fue puesta en entredicho por el secretario xeral de Emigración. Y como ejemplo puso el hospital del Centro Gallego de Buenos Aires, que, recordó Camba, vivió una dura situación financiera que le ha "obligado" a ir a un concurso de acreedores y que, en parte, atribuyó a la "una flojedad muy grande" en la gestión del bipartito.
"Es penoso que mientras que la Xunta hizo grandes inversiones, pase por allí el Ejecutivo central para prometer una calderilla y que ni siquiera la haga llegar. Pero a fundaciones clientelares sí da unas cantidades de dinero muy superiores y creo que eso no está bien, hay que priorizar, ser serios", advirtió Camba, quien ha constatado que la colectividad del Centro Gallego está "muy molesta" con esta "callada por respuesta". En el polo opuesto, aseguró que la Xunta mantiene los programas asistenciales "intactos" pese a la crisis y los ajustes realizados en el marco de la austeridad impuesta por su titular, Alberto Núñez Feijóo. "Con lo que tenemos dificultades serias es con los gastos propios de la secretaría", admitió poniendo como ejemplo la caída de la partida destinada a viajes.
Fuente: La opinión A coruña
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