Desde hoy, los notarios deberán exigir el certificado de eficiencia energética de una vivienda para poder venderla. Los inmuebles construidos después del 2007 ya tienen esta acreditación incorporada en el certificado final de obra, por lo que serán los edificados con anterioridad los que deberán someterse a inspección.
Esto encarecerá sensiblemente el precio de las edificaciones. Algunos arquitectos consultados cifran en 300 euros el coste del certificado en el caso de las casas, y de unos 100 en el de cada uno de los pisos en un bloque. La ventaja es que un inmueble eficiente implica un importante ahorro en el consumo energético.
Esta certificación, aprobada por un real decreto del Gobierno el pasado 5 de abril, es un proceso por el que se estudian las condiciones constructivas de una edificación y de sus sistemas de refrigeración, calefacción y agua caliente. La finalidad es establecer una calificación en función de sus emisiones de dióxido de carbono atendiendo al consumo energético y al nivel de aislamiento. La información se resume en una etiqueta, siguiendo un parámetro similar al que se emplea para los electrodomésticos. La escala A corresponde a la eficiencia más elevada y G a la más baja.
LEER MÁS...
Fuente: La Voz de Galicia
|