La subida de tasas e impuestos en algunos consistorios supera incluso el 100 %.
Cinco, diez y hasta veinte años sin actualizar las ordenanzas fiscales. La inhibición tributaria que ha caracterizado la gestión local de los consistorios, un factor que agrava los problemas financieros de los municipios en plena crisis por la caída de las subvenciones, parece llegar a su fin. Sin elecciones locales a la vista que penalicen decisiones impopulares en un contexto de recesión, Galicia ha asistido los últimos días a una oleada de plenos municipales en los que se aprueban medidas para incrementar los ingresos. En algunas zonas, como Compostela, O Salnés o Bergantiños, se han producido movimientos inéditos hasta ahora: la actuación concertada de alcaldes para aprobar subidas e igualar tasas que se cobraban de forma diferente en municipios de características similares. He aquí un recorrido por las decisiones más relevantes.
Las grandes subidas
La histórica congelación de tasas e impuestos ha llevado a que se registren ahora incrementos muy notables en algunos recibos. En Portas (Pontevedra), la tasa de basura ha pasado de una cuota de 36 euros a dos cuotas semestrales de 43, lo que representa una subida del 138 %. Ames ha subido la tasa de comedores de 70 a 110 euros, un 57,1 %, y Teo, la recogida de basura, que en el entorno rural pasa de 30 a 47 euros, un incremento del 56 %, y en el urbano, de 59 a 68, lo que supone una subida del 15,2 %. La lista de municipios que han aprobado subidas considerables la forman también Oleiros y Cervo. En el primero han subido la tasa de las terrazas un 33,2 %, y en el segundo, la de suministro de agua hasta un 45 %. En concellos tan distantes como Fisterra o Barreiros se ha subido el impuesto de circulación un 10 % y un 9,8 %, respectivamente. Carballo ha aprobado nuevas tasas para el mercado de abastos, que suben un 6 %.
Creación de nuevos tributos
Constituye otra de las fórmulas que han adoptado este año los concellos para mejorar su lastrada cuenta de ingresos. Y vuelve a poner de relieve la inhibición tributaria. Los municipios empiezan a cobrar por servicios que hasta ahora eran gratuitos y que se gravaban en otros consistorios de España. Concellos como Oleiros y A Coruña acaban de poner una tasa para matrimonios civiles de 120 euros, decisión que ya adoptó hace dos meses Teo, que cobrará 60 euros a los residentes en el término municipal y 120 a los foráneos. A este iniciativa se ha sumado también Burela, con un precio de 100 euros. En Lalín, por ejemplo, se cobrarán cinco euros por consulta de nutrición, que hasta ahora era gratuita, en Portas se ha creado una tasa de alcantarillado de 80 euros, y en Silleda, otra de expedición de certificados catastrales que oscila entre 4 y 15 euros.
Incrementos moderados
A pesar de que ciudades como Ferrol, A Coruña o Santiago, en manos del PP, han optado por la congelación, dada la grave situación de crisis y el incremento del paro, otras urbes han adoptado subidas que se sitúan en el entorno del IPC. Es el caso de Ourense, que incrementará todas las ordenanzas fiscales un 3 %, o Pontevedra que aumentará en ese porcentaje los recibos del agua, la basura, el alcantarillado, la grúa, el IBI o el impuesto de vehículos. Lugo ha propuesto una subida general del 3 %, salvo para el agua, que será del 5 %. En la misma línea se mueven ayuntamientos como O Barco, Xinzo de Limia, Narón, Ordes y Sanxenxo, que ha extendido la subida del 3,1 % a 15 tasas municipales. En Vigo el incremento de las ordenanzas fiscales se sitúa en el 3,8 %. La caída de las transferencias del Estado y el descenso de subvenciones explica el movimiento de muchas corporaciones para actualizar las ordenanzas fiscales, muchas de ellas desactualizadas durante años. En Nigrán se ha adoptado la mayor subida fiscal en 20 años. El IBI, la recogida de basuras y el suministro de agua y saneamiento se incrementan entre el 4 y el 6,4 %, pero el IAE y el impuesto sobre vehículos suben el 50 %.
FUENTE: LA VOZ DE GALICIA
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