La crisis exporta a los técnicos
Galicia ha doblado el número de licenciados en estos estudios que se marchan a otros países
¿Cobrar mil o cobrar dos mil? ¿Acceder a un contrato normal o a un contrato basura? ¿Penar por la oficina del paro o elegir el puesto más adecuado a tu formación? La solución a estas dicotomías tan sencillas para los licenciados gallegos está muchas veces en un billete de avión y un poco de arrojo para iniciar una aventura internacional. La puerta, por la que en los años previos a la crisis apenas si se colaba un 1 % de los estudiantes que se licenciaban en Galicia, se ha abierto bastante más con el empeoramiento de la situación económica y la singular voracidad con la que, en España, ha atacado al mercado laboral.
El último estudio del Observatorio Ocupacional de la Universidade da Coruña (UdC), elaborado con encuestas efectuadas el año pasado a licenciados en el curso 2007-2008, apunta ya a un 2,4 % de todos los graduados en carreras técnicas trabajando en algún país extranjero. Prácticamente el doble que en el estudio anterior. La mayoría de los expertos constatan la creciente tendencia: «Yo diría que un gran número de los estudiantes que hoy están en la universidad tienen muy claro que una parte de su futuro pasa por al menos una etapa fuera de España», reflexiona Manuel Fernández Iglesias, vicerrector de Relaciones Internacionales de la Universidade de Vigo. «Es evidente que el que está bien con los suyos no se quiere marchar. En ese sentido, la crisis ha impulsado a que estén saliendo los mejor preparados», señala María Jesús Freire, directora del Observatorio Ocupacional de la Universidade da Coruña.
El lastre de siempre
Pese a la realidad que se apunta en la estadística y se constata en los aeropuertos, los porcentajes de emigración internacional son todavía ridículos en relación con los estudiantes gallegos que buscan y consiguen trabajo en otros puntos de España: «La restricción que se percibe para salir al extranjero está relacionada con la mala formación en idiomas. Es un lastre. Y lo que detectamos es que esa formación ha empeorado en el último curso», explica María Jesús Freire.
Hace unos años, una empresa noruega reclamó a la UdC todos los ingenieros navales que pudieran ofrecer. Eso sí, con un buen nivel de inglés. Se fueron ocho. Y duplicaron aquel año la estadística de graduados contratados fuera de España. La anécdota ilustra la barrera que la claramente ineficaz enseñanza del inglés supone todavía para un licenciado español. «El interés en aprender o perfeccionar otro idioma ha crecido muchísimo. -explica Fernández Iglesias-. Es una prueba de las expectativas de muchos estudiantes para salir al extranjero. En Vigo estamos dando cursos bajo demanda y tenemos casi mil estudiantes. El alemán genera mucho interés. Aún permanece la imagen de Merkel ofreciendo trabajo a los ingenieros que dominen el idioma».
El último estudio de inserción laboral elaborado por la Axencia de Calidade do Sistema Universitario Galego, correspondiente a licenciados en el curso 2006-2007, mostraba todavía un índice de movilidad muy escaso: el 86 % habían conseguido trabajo en Galicia; el 13,24 en otros puntos de España; el 0,51 % en la UE y el otro 0,25 % en el resto del mundo. Las encuestas fueron elaboradas en el 2009, ya con una situación laboral en pleno deterioro en España. Pero estos índices de emigración tan pequeños se han duplicado en los dos últimos ejercicios, según la opinión de los expertos y la tendencia que muestran los estudios más recientes.
Arrepentimiento cero
Resulta imposible encontrar una declaración de arrepentimiento entre los licenciados gallegos que están desarrollado su carrera profesional en el extranjero. Aunque todos fantasean con la idea de volver, ninguno se lo plantea a corto plazo con las expectativas laborales que ahora existen en Galicia. A la mayoría le gustaría que la experiencia que están adquiriendo fuera de España les abriera más puertas en su eventural retorno. Pero ninguno cree que eso vaya a ocurrir a corto plazo.
De hecho, es el incentivo del retorno el que daría un sentido positivo al creciente flujo de licenciados hacia el exterior: «Es lo que tenemos que pensar mejor -opina el vicerrector de Vigo-: cómo hacerlos volver. Hay que pensar que su educación ha sido financiada en buena medida con dinero público y, aunque está bien que salgan al extranjero y mejoren su formación, también es necesario que vengan a aplicar esos conocimientos en Galicia». De momento, el argumento más importante para el retorno reside en la pura morriña que, pese a que no rentúa beneficios económicos, sigue teniendo su tirón.
FUENTE; LA VOZ DE GALICIA
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