Primero fue el susto y luego la resignación. La ciudadanía ha encajado la ya tradicional subida de precios con la que se estrena cada año, que en esta ocasión, pese a la aprobación de la ley de desindexación, que desvincula las tarifas del IPC, agudiza el empobrecimiento de las familias. Electricidad, peajes, transportes o el céntimo sanitario en el caso de Galicia, forman parte del rosario de encarecimientos de año nuevo. Unos repuntes que chocan frontalmente con la evolución de los salarios, en el mejor de los casos congelados o con subidas ínfimas.
El Ejecutivo aprobó en el último Consejo de Ministros del año congelar el salario mínimo interprofesional, igual que congelada -por cuarto año consecutivo- se mantiene la retribución de los empleados públicos. Mientras que las pensiones han subido este año, en virtud de la nueva legislación que las desliga del coste de la vida, un anémico 0,25 %. LEER MÁS...
Fuente: La Voz de Galicia
|