La frágil recuperación global.
La locomotora europea se frena.
La crisis de deuda y el bache de EEUU pasan factura a las principales potencias económicas europeas
El despegue de Alemania y Francia, las dos mayores economías del euro, sufrió un frenazo durante el segundo trimestre del año. También perdió fuerza el crecimiento español, que como Italia avanza a velocidades cercanas al estancamiento. El producto interior bruto (PIB) de la región económica en su conjunto subió un 0,2%, cuando durante el trimestre anterior lo había hecho el 0,8%. Esa ralentización está relacionada, según los primeros análisis, con los impactos de la crisis de deuda soberana en Europa y con la desaceleración registrada al mismo tiempo en Estados Unidos.
El fantasma de una recaída en la recesión volvió a agitarse ayer después de que la oficina estadística europea (Eurostat) certificara una intensa pérdida de pulso en el crecimiento de la UE durante la pasada primavera. La alerta saltó sobre todo con el resultado alemán: la economía germana avanzó de un trimestre para otro sólo un 0,1%. Se esperaba que el ímpetu exhibido por Alemania en el primer tramo del año -con un crecimiento del 1,3%- se moderara, pero no hasta tal punto. Las firmas de análisis habían pronosticado un 0,5%.
El balance trimestral de la locomotora alemana es el peor desde 2009, si bien en términos interanuales -en relación a la primavera de 2010- el país muestra aún un desempeño vigoroso (2,8%) y cercano a las previsiones del Gobierno de Angela Merkel (3%). Berlín trató de quitar hierro al mal dato del trimestre. "El a primera vista débil crecimiento está dentro de nuestras expectativas", dijo el ministro de Economía, Philipp Rösler. Y añadió: "En último término es sólo una reacción al extraordinario resultado del primer trimestre".
Posibles efectos estadísticos aparte, no se precisó ayer cómo puede haber afectado a la potente maquinaria exportadora alemana la ralentización del crecimiento en sus dos grandes clientes: Francia y Estados Unidos. Además, la mitad de las ventas exteriores de Alemania va a parar a la zona euro, donde la crisis de la deuda soberana está forzando generalizados recortes del gasto público que, a su vez, tienen un impacto negativo en la actividad económica.
Francia, primer cliente de Alemania y segunda economía del euro, se estancó el pasado trimestre. Lo hizo después de haber crecido el 0,9% durante el primer tramo del año. E Italia mejoró, pero no pasó de un modesto 0,3%. Holanda, país que en los meses precedentes había tenido un crecimiento robusto, se quedó en el 0,1%.
En España, la falta de impulso de la demanda nacional -con el consumo de los hogares y la inversión empresarial estancados y con el gasto público en retroceso- provocó la ralentización de la economía, que sigue creciendo únicamente por la aportación positiva de la exportación. El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó que el PIB creció el 0,2 % trimestral y el 0,7 % interanual entre abril y junio, un resultado este último que pone en aprietos la previsión del Gobierno de un crecimiento del 1,3% a final de año. El INE resaltó la aportación "muy positiva" de la demanda externa.
La ministra de Economía, Elena Salgado, mostró ayer su inquietud por el balance alemán. Considera que el leve crecimiento registrado por Alemania es una mala noticia porque "buena parte" de las exportaciones españolas se dirige a este país. "Nos interesa que Alemania siga creciendo", señaló en una entrevista concedida la Cadena SER. Salgado achacó la desaceleración alemana a "la debilidad de la demanda, a la crisis de desconfianza que ha provocado las tensiones en el mercado de deuda" y a la pérdida de pulso en Estados Unidos.
Fuente: La opinión A Coruña
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