El descenso de la demanda y el peso de las renovables desinflan el precio
El mercado ha hablado. Y ha dicho que los consumidores domésticos tendrán que pagar casi un 7 % menos por la luz del 1 de abril al 30 de junio. Esto será así gracias a que el precio de la energía eléctrica subastada ayer se desplomó en torno a un 15 % en relación con la anterior adjudicación de diciembre.
El resultado de las operaciones de compraventa en el mercado determina la mitad de lo que pagan los consumidores, de ahí que el abaratamiento del recibo sea casi del 7 % y no del 15 %. La otra parte de la factura no está liberalizada, sino que es el Gobierno el que decide su importe a través de los llamados peajes de acceso al sistema. El Ministerio de Industria explicó ayer tarde que mantiene su compromiso de congelar esos peajes.
La bajada de la factura eléctrica no coge por sorpresa al sector, pues las cotizaciones de la energía en las últimas semanas ya dejaban entrever que se iba a producir este abaratamiento. Pero no se sabía a ciencia cierta a cuánto ascendería. Industria aún debe validar los datos de la subasta y publicar formalmente los nuevos precios de la tarifa de último recurso (TUR) para el segundo trimestre del año, pero, salvo sorpresas, en abril se producirá el primer gran desplome del recibo de la luz desde que existe la TUR (empezó a funcionar en julio del 2009). En sus casi cuatro años de vigencia, esta tarifa a la que están abonados veinte millones de consumidores, es decir, casi todos los clientes de las grandes comercializadoras, solo ha bajado en una ocasión (un 2,29 % en octubre del pasado año), pero no llegó a reflejarse en la factura porque coincidió con la subida del IVA (del 18 al 21 %).
La explicación a este abaratamiento de la energía en el mercado hay que buscarla en el viento, la lluvia y también en la caída de la demanda de electricidad a consecuencia de la crisis económica. El fuerte incremento del peso de las energías renovables -eólica e hidráulica- en el sistema de generación en enero y febrero ha tirado a la baja de los precios de mercado, empujados ya al abismo por el descenso del consumo: un 5,2 % entre enero y febrero, según datos de la patronal del sector, Unesa. Por tanto, se alejan, de momento, los malos augurios lanzados por las eléctricas sobre que los nuevos impuestos eléctricos iban a poner por las nubes el precio de la energía.
Íñigo Muniozguren, secretario de la Asociación Eólica de Galicia, explica por qué las renovables tiran del mercado a la baja. Y es porque estas energías limpias «entran a coste cero», esto es, tienen prioridad absoluta para competir en el mercado, fundamentalmente porque todo lo que se produce con el viento y el agua hay que consumirlo (imposible almacenar excedentes). En estos últimos meses, la producción ha sido extraordinaria: en enero, el 43,8 % del consumo fue renovable, frente al 26,4 % del mismo mes del año anterior; y en febrero, el peso fue del 46,4 %, frente al 30,2 % del período en el 2012. Las energías convencionales han tenido que ceder terreno.
Todo esto beneficia al consumidor final, pero fuentes del sector eléctrico convencional alertan de que esa preponderancia de eólica e hidráulica hará aumentar los costes del sistema porque, explican, se trata de producción subvencionada vía primas. Además, la caída de la demanda precipitará también la recaudación. El resultado, advierten las mismas fuentes, será un aumento del déficit de tarifa, la diferencia entre gastos e ingresos del sistema eléctrico, situado en la actualidad ya en cerca de 30.000 millones.
Fuente: La Voz de Galicia
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