Se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío, pero las cifras ponen negro sobre blanco que la recuperación (la economía ha crecido un 0,4 % en el primer trimestre) no ha llegado al empleo. Así lo constatan los resultados de la encuesta de población activa (EPA), la radiografía más fiable del mercado laboral, que ayer hizo públicos el INE y que, en resumen, dibujan un país en el que el número de personas que quieren trabajar y no pueden hacerlo no remite significativamente.
Entre enero y marzo el número de parados se redujo en 2.300 personas en España, con lo que la cifra total frisa los seis millones, lo que se traduce en una tasa de paro que bordea un desorbitado 26 %. Es, sin embargo, el primer descenso en nueve años.
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Y para quienes, como el Ejecutivo, quieren hacer una lectura lo más positiva posible y ahuyentar el catastrofismo, está también el dato interanual: respecto al mismo trimestre del año previo el número de desempleados ha bajado en casi 345.000 en España, lo que es el mayor descenso anual del paro desde el tercer trimestre del 2005.
Pero tras estos descensos se oculta una realidad muy preocupante, ya que obedecen no a la creación de empleo, sino a la reducción incesante de ocupados (en tres meses 187.000 personas menos) y a la destrucción de puestos de trabajo (184.600 perdidos en el mismo período). Es decir, Leer más...
Fuente: La Voz de Galicia
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