Con varios meses de retraso, más de una bronca, buenas dosis de hermetismo, y una considerable expectación. Así llega hoy la esperada reforma energética al Consejo de Ministros, después de que el ministro de Industria, José Manuel Soria, haya logrado convencer a su homólogo de Hacienda, Cristóbal Montero, para que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) asuman parte del déficit de tarifa. Pero esa parte no será toda la que pretendía Soria (1.800 millones de los costes extrapeninsulares).
¿Consecuencia? Que la propuesta final es que lo que no asuma Hacienda recaiga sobre los hombros de las eléctricas y quizá también sobre los consumidores. Si es así, se avecinan fuertes subidas de los peajes de acceso y, por tanto, del recibo de la luz, para incrementar los ingresos del sistema. Esto a pesar de que el propio Soria afirmaba anteayer que España no estaba para subidas de la factura eléctrica, pero también anunciaba un pacto con Hacienda para esconder parte del déficit en los PGE que el departamento de Montoro negó casi de inmediato.
Lo cierto es que las cinco grandes empresas integradas en Unesa -Iberdrola, Endesa, EOn, Gas Natural Fenosa y HC- no salieron nada satisfechas de la reunión que ayer por la tarde mantuvieron con el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, quien les avanzó las líneas maestras de la reforma. Según las fuentes consultadas, el escenario planteado por el Gobierno «es incluso peor de lo esperado». En general, temen que se les endose buena parte, si no todo, de la partida que no asuman los Presupuestos.
LEER MÁS...
Fuente: La Voz de Galicia
|