Son tiempos convulsos en el sector energético español. En los últimos dos años, el Gobierno ha introducido numerosos cambios regulatorios que han culminado recientemente en la nueva Ley del Sector Eléctrico con la que cerrábamos el 2013. Este afán reformista ha estado enfocado fundamentalmente a atajar el acuciante problema del déficit de tarifa en el sector eléctrico. Desde el 2002, hemos venido arrastrando un desfase entre los costes y los ingresos del sistema (lo que los consumidores pagamos por la electricidad no llega para cubrir los costes reconocidos del sistema), hasta alcanzar una deuda que roza ya los 30.000 millones de euros. Así, las nuevas medidas del Gobierno buscan contener este desfase aumentando los ingresos del sistema y reduciendo los costes reconocidos, aunque sigue sin plantearse un modelo de fijación de precios que resulte de repartir los costes totales del sistema (lo que aseguraría que ingresos y costes coincidan).
Esta reforma del sector eléctrico cambia, en mayor o menor medida, las reglas del juego para la generación, el transporte, la distribución y el suministro de electricidad. En este análisis nos vamos a centrar en las consecuencias de sus impactos en la generación eléctrica para el caso particular de Galicia. Leer más...
Fuente: La Voz de Galicia
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