Mal año, también en lo meteorológico, para los agricultores y ganaderos gallegos. La escasez de precipitaciones importantes que se viene registrando desde el comienzo de la primavera ha provocado ya pérdidas económicas superiores a los 50 millones de euros a los profesionales del campo. Estos han visto mermadas sus cosechas de forraje, dependiendo de la zona geográfica, entre un 25 y un 40 %, lo que condicionará seriamente la alimentación del ganado durante los próximos meses.
El maíz, alimento fundamental en las explotaciones lecheras intensivas, ha sido especialmente castigado por la ausencia de agua tanto en el momento de su crecimiento como en el de la formación del grano. Tal ha sido el efecto de la sequía sobre la gramínea que en distintas comarcas del interior de Galicia incluso han renunciado a recolectar alguna finca dada la pésima calidad de la planta. «Nalgunhas parcelas apenas chegou ao metro de altura. Nin sequera botou a espiga», comenta un agricultor de la zona de Frades que cuantifica en menos del 50 % el volumen de grano recogido en comparación con el año pasado: «Aquí a media de produción ronda as 55 toneladas por hectárea e este ano non creo nin que cheguemos ás 25».
Otro tanto ha sucedido con el ensilado de las praderías, que, si bien propiciaron una primera siega de buena calidad, apenas rebrotaron por la falta de humedad. La misma circunstancia que, en este momento, está impidiendo que en la mayoría de las fincas nazca la hierba sembrada tras el ensilado del maíz. «Aparecen algúns brotes nos sitios máis húmidos, pero o certo é que como non chova pronto a semilla vai podrecer e teremos que volver sementar», apunta José Grille, ganadero de Mazaricos.
Alfalfa y paja de fuera de Galicia
La falta de suficientes reservas de alimento ha llevado ya a muchos granjeros a recurrir a la compra de alimento foráneo en previsión de que este pueda aumentar de precio en los próximos meses. Tal y como confirma el propietario de una comercial agropecuaria de Arzúa, los pedidos de alfalfa y paja se han duplicado en las últimas semanas: «E iso que non che están nada baratos, porque a alfalfa chega aos 23 céntimos, e a palla, aos 9, case un 30 % máis que o ano pasado». Los ganaderos gallegos compran estos productos, a través de intermediarios, en explotaciones de Zaragoza, Palencia o Valladolid.
Según los cálculos de las organizaciones profesionales agrarias, el sobrecoste en alimentación al que tendrá que hacer frente cada granja gallega oscila entre los 7.500 y los 10.000 euros en el caso de las productoras de leche, y entre los 3.000 y 5.000 euros en el de las cárnicas.
40 %
Menos cosechas de forraje
La pertinaz sequía ha castigado los cultivos destinados al alimento del ganado en Galicia. El de maíz es uno de los más afectados.
Fuente la voz de Galicia
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