Con la ley aprobada en el Senado, las mujeres dejan de figurar como «ayuda familiar» para pasar a ser cotitulares de la explotación, de pleno derecho.
En el contexto rural y agrícola se produce una desigualdad de género, que viene dada por una evidente masculinización, en la que los mercados laborales son restrictivos para las mujeres. Pero esta situación tiene los días contados desde el punto de vista legal, porque el Senado aprobó ayer la ley de titularidad compartida, por la que las mujeres dejan de figurar como «ayuda familiar» para pasar a ser cotitulares de la explotación, de pleno derecho. Las mujeres que compartan explotación podrán realizar gestiones, obtener ingresos propios derivados de su trabajo y, en consecuencia, hacer su declaración de la renta individual.
Además, a las mujeres les serán asignados la mitad de los derechos y cuotas de producción, lo que pondría las cosas mucho más claras en caso, por ejemplo, de divorcio. También se les abre el acceso al crédito, compras y contratos.
La presidenta de la Federación de Asociaciones Rurales de Galicia, Rosa Arcos, defendió ayer la «visibilización» de este trabajo de las agricultoras. En la actualidad, el 71 % de los titulares de las explotaciones son hombres
Fuente: La voz de Galicia.
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