Para comprobar la penuria -«agonía», coincide el sector- a la que la denuncia formulada por Holanda en el 2011 ha sometido al naval español en general y al gallego en particular, no hay más que remitirse a las cifras. Son más que reveladoras, sobre todo si se comparan con las de los competidores.
De acuerdo con los datos que maneja la Gerencia del Sector Naval, los 19 astilleros privados de España contrataron en los últimos dos años un total de 42 buques, de los que únicamente siete -tres en el 2011 y cuatro en el 2012- corresponden a Galicia: 3 a Cardama, otros 3 a Armón-Vigo y uno a Metalships. En la lista no figura ni el flotel de Pemex para Barreras, cuya operación sigue sin concretarse nueve meses y medio después, ni el buque escuela para Indonesia que se adjudicó Freire hace dos semanas.
La comunidad autónoma, que hasta el 2011 encabezaba el ránking nacional por tonelaje, ha cedido el testigo del liderazgo al País Vasco, en tanto Asturias, fundamentalmente de la mano de Armón, ha logrado encaramarse al segundo puesto. Un informe elaborado el pasado mes de mayo por la Federación de Industria de Comisiones Obreras al que ha tenido acceso La Voz revela que en el mismo período Holanda «sumó más de un centenar de contratos y Noruega casi el doble».
En apenas un lustro la cartera de pedidos del naval gallego cayó más de un 80 %. El 2008 y el 2009 fueron los años del bum. Los astilleros privados y públicos de Galicia se encontraban entonces en pleno proceso de diseño y fabricación de hasta ochenta barcos, desde gigantes portacontenedores y plataformas off shore, a pequeños pesqueros, en suma casi todo el catálogo de lo que los astilleros y la puntera industria auxiliar gallega son capaces de hacer. A día de hoy, en el capítulo de diseño solo hay cuatro proyectos: los dos floteles de Pemex (Barreras y Navantia), un buque escuela para Indonesia (Freire) y un ferri para Cabo Verde (Cardama), y en el de construcción ocho unidades: cuatro en Armón, dos en Cardama, una en Metalships y otra en Navantia, que acaba de firmar un contrato de mantenimiento con la Armada noruega. LEER MÁS...
Fuente: La Voz de Galicia
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