El que avisa no es traidor, pero no hay dicho que valga para consolar al conductor gallego, especialmente a aquel que se mueva en un coche diésel. El bolsillo duele más desde el miércoles, cuando entró en vigor en Galicia el nuevo tipo del tramo autonómico del impuesto de hidrocarburos, más conocido como céntimo sanitario. Desde el 1 de enero la Xunta aplica el máximo que le permite el Gobierno central: 4,8 céntimos por litro, tanto de gasolina como de gasoil, que van directamente a las arcas autonómicas. En el caso del primer combustible suponen 2,4 céntimos más que antes, y en el segundo, 3,6. Y eso es lo que ha subido cada uno de los carburantes. Para comprobar cuál iba a ser el impacto de ese incremento fiscal anunciado hace ya unos meses por la Xunta se tomó nota de los precios de venta al público de los dos principales combustibles de uso común en dos gasolineras de la provincia de A Coruña, una de Repsol en Ferrol, y otra independiente en Pontedeume. El seguimiento fue breve: desde el lunes 30 de diciembre hasta ayer 2 de enero.
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Fuente: La Voz de Galicia
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