Suben tasas, crean otras y extreman aún más el ahorro para encarar lo peor de la crisis económica
Los 315 ayuntamientos gallegos encaran la última fase de elaboración de sus presupuestos muy condicionados por un escenario de crisis y un horizonte inmediato nada alentador. La elevada deuda y el desplome de los ingresos obligan a gran parte de las corporaciones a hacer ejercicios malabares para cuadrar las cuentas.
La subida de tasas e impuestos, la instauración de cobros por servicios hasta ahora gratuitos y la puesta en marcha de nuevos planes de ahorro, más estrictos incluso que los anteriores, son las novedades en el inicio de un otoño convulso, iluminado por la luz roja encendida por el regidor compostelano Gerardo Conde Roa, quien el pasado lunes, en tono apocalíptico, llegó a aventurar que el Ayuntamiento compostelano «estaba a punto de fenecer».
Un pronóstico que, meses antes, había lanzado Carlos Fernández, presidente en funciones de la Fegamp, que alertó del inminente colapso de 50 ayuntamientos. Tan malos augurios se inscriben en un contexto en el que hay datos alarmantes: los 315 concellos adeudan a bancos y cajas 641 millones de euros, de los que la mitad, aproximadamente, corresponden a las siete ciudades, que suman además otros 112 millones de deuda oculta, es decir, en facturas pendientes de reconocer y de abonar.
Ante esta situación, para mantener servicios Vigo ya ha anunciado una subida de impuestos del 3,8 %, una decisión todavía no adoptada por A Coruña; mientras Ferrol, Santiago y, probablemente, Ourense se decantan por la congelación de tasas en un contexto de crisis y de elevado desempleo, el gobierno de Orozco en Lugo, apremiado por los nacionalistas, aprobará un incremento de los recibos.
Menos inhibición fiscal
En el entorno de Compostela, Ames, Brión y O Pino han subido los importes de actividades culturales y deportivas. Y Teo, el que más actualizaciones ha llevado a cabo, creó incluso una tasa nueva para la celebración de matrimonios civiles: 60 euros si algún contrayente es vecino del municipio y 120 en caso contrario. Sin embargo, el grueso de los trabajos en el presupuesto se centra en una nueva vuelta de tuerca en los planes de austeridad.
Agotadas las vías para reducción del gasto corriente -telefonía, seguros, alquileres-, en algunas corporaciones las medidas apuntan a la clase dirigente. En A Coruña, además de reducir a la mitad los asesores, se ha eliminado el servicio de escoltas del alcalde anterior -un gasto de 251.000 euros al año- y lo que es más llamativo: se suprimen los seguros médicos privados de los que disfrutaban los anteriores ediles y que costaban 31.500 euros. En Ourense, el gobierno local pretende negociar con los sindicatos un recorte de los beneficios sociales que tienen los empleados en el vigente convenio. Y Ferrol ya ha anunciado que anulará alquileres de locales para las entidades vecinales.
Fuente: la voz de Galicia
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