Otra promesa que se lleva el viento. Se veía venir. Se lo olían los ciudadanos. Esos que palpan cada día en la calle la realidad de un país carcomido por el desempleo. Y, ahora, esa idea ha dejado de ser solo un mal presentimiento. Ya hay números que dan cuenta de lo acertado de las sospechas. La tragedia del desempleo, esa que golpea a millones de familias, está muy lejos de acabar. Lo admite el Gobierno en sus nuevas previsiones. Las que se incluyen en eso que en el engolado lenguaje de Bruselas se conoce como Programa de Estabilidad. En ese documento, el Ejecutivo viene a asumir que no va a ser capaz de atajar la sangría en toda la legislatura.
Según sus nuevas estimaciones -la dureza de la crisis ha devorado las contenidas en los Presupuestos, presentados hace solo siete meses-, el paro no bajará del 25 % hasta el 2016, cuando se situará en el 24,8 %. Una cifra mejor que la de ahora, pero mala, muy mala. Para entonces, uno de cada cuatro trabajadores seguirá sin tener cómo ganarse la vida en España.
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Fuente: La Voz de Galicia
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